Un día inolvidable en París con los socios del Club Lacoste.
Son once ganadores, procedentes de toda Europa. Sigue a Roberta, Thomas, Jellinek, Mark, Angelica, Astrid, Pavel, Laura, Jonathan, Jeff y Ricardo durante un día de rodaje en París. Una experiencia excepcional... y un vínculo para toda la vida.
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Una sesión junto a la piscina
"""Ya se están riendo a carcajadas. Los ganadores del concurso exclusivo para miembros del Club Lacoste están viviendo su sueño, dispuestos a aprovechar al máximo los dos días excepcionales en París que han ganado. Al día siguiente de su llegada se reunieron para cenar y se encontraron en torno a la creación de un mural, lo que fue una oportunidad para que compartieran sus primeras impresiones. Recordaron sus reacciones de cuando recibieron una llamada telefónica del equipo de Lacoste anunciándoles que habían sido elegidos por el jurado del concurso.
""Dije: ¿Es esto una broma?"", recuerda Thomas, de 58 años, que acababa de llegar de Alemania. ""Agregué: ¡Si es verdad, entonces envíame un correo electrónico!"", continúa estallando en carcajadas. Mark, de 23 años, de Roma, añade: ""Cuando me llamó el hombre de Lacoste, me eché a reír. ¡No me lo esperaba en absoluto! Estaba tan feliz que llamé a mis padres para hacérselo saber.""
Los afortunados ganadores de toda Europa, desconocidos el día anterior, se conocieron mientras se preparaban para el primer rodaje de sus vidas. Con peinado, maquillaje y estilismo personalizado, se prepararon para ponerse en la piel del cocodrilo vistiendo piezas exclusivas en un lugar prestigioso: el Hotel Molitor de París. Equipos de eventos, de creativos, de marketing, de imagen... todos se agolparon en el vestuario de Lacoste, dispuestos a captar a los ganadores como nunca antes. ""¡Es una gran primicia!"", dice Astrid, la ganadora francesa. Sus compañeros añaden que están encantados de ser las estrellas por un día en una sesión de fotos profesional."
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Un rodaje en tierra batida
Dirección al estadio de Roland-Garros, donde el sueño continúa. Durante el camino, los ganadores siguen conociendose, se graban a medida que avanzan... Queremos conocernos. ""Como si hubiésemos formado una pequeña familia"", dice Astrid. Faldas de tenis brillantes y las últimas zapatillas de deporte de cocodrilo irrumpen en la sala de Roland-Garros. Cuando el guía comienza el recorrido privado, un silencio sobrecogedor se apodera de los nuevos amigos. El Village, la sala de prensa, los vestuarios... los once privilegiados invitados visitan maravillados el templo del tenis, impresionados de seguir los pasos de los mejores jugadores del mundo.
Jonathan, de 11 años, y sus padres, Pavel y Laura, posan frente al muro de los patrocinadores, mientras todo el grupo anima al joven fanático del tenis. ""¡Jonathan, dentro de unos años estarás aquí!"" Pavel improvisa una entrevista con su hijo, mientras todos los demás graban encantados: ""Entonces, Jonathan, ¿dónde te ves dentro de 10 años?"" Y el joven responde, espontáneamente: ""¡El número 1 del mundo!"" ante el aplauso de los demás ganadores. Pista Philippe Chatrier, pista Suzanne Lenglen... Angélica no lo puede creer: ""Es un sueño para mí"", dice la madrileña emocionada. ""1, 2, 3... ¡Lacoste!"" El selfie grupal está hecho, y se dirigen a la pista de tierra batida.
Es pleno día y la timidez de la mañana ha dado paso a una buena camaradería. No hay necesidad de animarlos, los ganadores del concurso Le Club Lacoste, ya muy cómodos en las gradas de la pista Suzanne Lenglen, se llaman entre sí, se abrazan y sonríen casualmente mientras los fotógrafos se alejan. ""¿Puedes volver a llamarme el año que viene?"" sonríe Thomas. Astrid lo confirma: ""¡Estamos muy orgullosos de ser modelos Lacoste!""
Antes de un crucero por el Sena y de una cena de prestigio, los once nuevos amigos, ocupados intercambiando fotos y vídeos en el grupo privado que acaban de crear, se permiten algunas confidencias. ""Creo que la organización es increíble, el hotel y la ubicación son increíbles y me siento muy parte del grupo, aunque soy el mayor"", dice Thomas, riendo. ""Pero así es Lacoste: es para todos, sea cual sea su edad"". Astrid añade: ""Creo que compartimos valores comunes que se reflejan en la marca, somos personas radiantes y de mente abierta, amamos la vida y, más allá de la ropa, ¡Lacoste también encarna eso!"" Mark: ""Para mí lo más importante es el recuerdo que comparto con estas prendas. Siempre me recordarán la sesión fotográfica"". ""¿Podemos quedárnoslos?"" preguntan todos al mismo tiempo, estallando en carcajadas. Aún no lo saben, pero sí. Y la experiencia está lejos de terminar...
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Unidos, bajo el signo del cocodrilo
En su tercera edición, el concurso del Club Lacoste llevó las cosas al siguiente nivel. Después de seleccionar las mejores propuestas entre los miembros que probaron suerte, el concurso, que honra a los fanáticos del cocodrilo, les ofreció 2 días de ensueño en París. ¿La idea? Conocerse, crear un vínculo inolvidable y encarnar la marca.
Al día siguiente del rodaje, desde Londres, Berlín, Padua, Hamburgo o Oporto, los ganadores seguían escribiéndose: ""Gracias a todos. Nunca pensé que viviría un día como este en mi vida, ha sido maravilloso, pero la mejor parte de esta aventura ha sido conocer a personas excepcionales como vosotros."" ""Ya te extraño."", o incluso, ""¡Si vienes a Portugal, avísame!"" Unidos bajo el signo del cocodrilo."
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